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Mostrando las entradas de enero, 2015

Transmisión en vivo desde el interior de la célula nerviosa

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23 de enero 2015 Instituto Max Planck de Bioquímica comunicado de prensa La degradación de proteínas por el proteasoma en las neuronas. Figura: Shoh Asano © MPI de Bioquímica Los científicos estiman que nuestro cerebro se compone de alrededor de diez a cien mil millones de células nerviosas. Con el fin de cumplir con sus respectivas tareas, siempre que sea posible, estas células tienen que controlar constantemente sus proteínas internas en materia de calidad y funcionalidad. De lo contrario, las proteínas podrían agruparse y con ello paralizar o incluso matar a las células. Una vez que la célula reconoce una proteína defectuosa, quedará marcada para la degradación por una especie de trituradora molecular, llamada proteosoma, la convierte en pedazos que son eventualmente reciclados. Por primera vez, los investigadores han tenido éxito en la visualización de este proceso en las células nerviosas intactas , que anteriormente sólo podían investigarse en el tubo de ensayo. La crio

A propósito de moléculas y emociones: oxitocina y vasopresina

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05/01/2015 P or  Carmen Agustín Pavón  Bióloga y Doctora en Neurociencias por la Universitat de València. Para la revista INVESTIGACIÓN Y CIENCIA, artículo:  De “hormonas amorosas” y reuniones familiares navideñas Ya hemos discutido aquí sobre la desafortunada denominación de "molécula del placer" para referirse a la   dopamina . Con motivo de las fiestas navideñas que terminan, hoy hablaremos de la conocida como "hormona del amor", la oxitocina, y de su hermana la vasopresina.  En el controlador central del sistema neuroendocrino, el hipotálamo, núcleos específicos de neuronas (supraóptico y paraventricular, pero me temo que con los nombrecitos anatómicos ocurre como con las ecuaciones, cada vez que se nombre uno, perderé la mitad de mis lectores) realizan diversas funciones a través de neuropéptidos de nueve aminoácidos, o nonapéptidos. Dicho así, tal vez no les suene muy interesante, pero si les digo que estos nonapéptidos se llaman   oxitocina   y   vasopresin

Encontrado: la parte que falta de la "brújula interna" del cerebro

AUTORES   Theresa Burt de Perera Profesor Asociado de Zoología de la Universidad de Oxford   Tim Guilford Profesor de Comportamiento Animal de la Universidad de Oxford Si usted sale de paseo y quisiera volver a casa es necesario tener una idea de dónde se encuentra en relación con su destino. Para hacer esto, usted necesita saber a qué dirección se dirige y también dónde se encuentra la dirección de origen. Todo esto parece bastante instintivo en los seres humanos y otros animales, así que ¿cómo lo hacemos? Nuestra comprensión de esta pregunta sorprendentemente difícil acaba de dar un paso adelante en un nuevo documento escrito por Martin Chadwick y sus colegas y publicado en la revista Current Biology, que señala el lugar del cerebro donde redide nuestro sentido instintivo de la dirección hacia nuestro destino. Una manera de navegar con éxito desde cualquier punto a un destino es aprender y recordar la información acerca del entorno y utilizar esta información para orientarse.

Investigadores logran ver radiación infrarroja al trabajar con láser

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Bajo ciertas condiciones la gente puede detectar la luz infrarroja, normalmente invisible.  Traducido de Scientific American 06 de enero 2015 A veces es difícil ver la luz. Sobre todo si se encuentra fuera del espectro visible, como los rayos X o la radiación ultravioleta. Pero si anhelas ver lo invisible, es posible que le interese saber que bajo ciertas condiciones la gente puede echar un vistazo a la luz infrarroja normalmente invisible. Esto, según un estudio publicado en las Proceedings of the National Academy of Sciences   [ Grazyna Palczewska et al,  Human infrared vision is triggered by two-photon chromophore isomerization ].  Nuestros ojos son sensibles a partículas elementales llamadas fotones que tienen la energía suficiente para excitar las proteínas receptoras sensibles a la luz en nuestras retinas. Pero los fotones de la radiación infrarroja no tienen suficiente empuje. Podemos detectar estos fotones de menor energía si utilizamos las llamadas gafas o cámaras de vi