Los valores culturales fundamentales: el cerebro decide cuándo "venderlos".

The Price of Your Soul: How the Brain Decides Whether to 'Sell Out'
ScienceDaily (Jan. 22, 2012)

Un estudio de neuroimagen muestra que los valores personales -a los que la gente no renunciaría aún cuando se les ofrezca dinero para hacerlo- se procesan en el cerebro de forma diferente que otros valores que sí venderían de buena gana.
"Nuestro experimento encontró que el reino de lo sagrado - sea que se trate de una fuerte creencia religiosa, una identidad nacional o un código de ética - es un claro proceso cognitivo", dice Gregory Berns, director del Centro de Neuropolicy en Emory University y autor principal del estudio. Los resultados fueron publicados en el Philosophical Transactions de la Royal Society.
Los valores sagrados produjeron una mayor activación de un área del cerebro asociada con los procesos de pensamiento de lo bueno y lo malo, de lo basado en normas, según el estudio, en contraposición con las regiones vinculadas con el procesamiento tipo costo/beneficio.
Berns encabezó un equipo que incluyó a economistas y científicos de la información de la Universidad de Emory, un psicólogo de la
New School for Social Research y antropólogos del Instituto Jean Nicod en París, Francia. La investigación fue financiada por la U.S. Office of Naval Research, la Air Force Office of Scientific Research y la National Science Foundation .
"Hemos desarrollado un método para responder preguntas de carácter científico sobre cómo las personas toman decisiones que involucran sus valores sagrados, que tiene importantes implicaciones si se quiere comprender mejor qué influye en el comportamiento humano a través de países y culturas", dice Berns. "Estamos viendo cómo los valores culturales fundamentales están representados en el cerebro."

Los investigadores utilizaron imágenes de resonancia magnética funcional (fMRI) para registrar las respuestas del cerebro de 32 adultos en Estados Unidos durante las fases clave de un experimento. En la primera fase, a los participantes se les mostraron afirmaciones que van desde lo cotidiano, como "Usted es un bebedor de té," hasta asuntos candentes como "Usted apoya el matrimonio gay" y "Usted es Pro-Vida". Cada una de las 62 afirmaciones tenían un par contradictorio, como "Tú eres Pro-Aborto", y los participantes tuvieron que elegir uno de cada par.
Al final del experimento, a los participantes se les dio la opción de subastar sus declaraciones personales: desconociendo sus elecciones anteriores por dinero real. Los participantes podían ganar hasta $ 100 por declaración con un simple acuerdo de firmar un documento que acreditara lo contrario de lo que creían. Se podía optar por no participar en la subasta para las declaraciones de gran valor.
"Utilizamos la subasta como una medida de la integridad de las declaraciones específicas", explica Berns. "Si la persona se rehusaba a aceptar dinero a cambio de una declaración, entonces consideramos dicho valor como personalmente sagrado para ellos. Pero si aceptaban el dinero, entonces consideramos que tuvieron baja integridad de esa declaración y que no era sagrado. "

Los datos de imágenes cerebrales mostraron una fuerte correlación entre los valores sagrados y la activación de los sistemas neuronales relacionados con la evaluación de lo bueno y lo malo (la unión temporo-parietal izquierda) y la extracción la regla semántica (la corteza prefrontal izquierda ventrolateral), pero no con los sistemas asociados con recompensas.
"La mayoría de las políticas públicas se basa en ofrecer incentivos y desincentivos las personas", dice Berns. "Nuestros hallazgos indican que no es razonable pensar que una política basada en un análisis costo/beneficio influirán en el comportamiento de la gente cuando se trata de sus valores personales sagrados, porque se procesan en el cerebro en un sistema completamente diferente al de los incentivos." 
Los sujetos que declararon una afiliación más activa con organizaciones tales como iglesias, equipos deportivos, grupos musicales y clubes del medio ambiente, tenían una mayor actividad cerebral en las mismas regiones cerebrales que se correlacionaron con los valores sagrados. "Los grupos organizados pueden inculcar valores con más fuerza a través del uso de reglas y normas sociales", dice Berns.
El experimento también encontró activación en la amígdala, una región del cerebro asociada con las reacciones emocionales, pero sólo en los casos en que los participantes se negaron a tomar dinero en efectivo para afirmar lo contrario de lo que creen. "Esas declaraciones representan los temas más repudiables para el individuo", Berns dice, "y se espera que provoquen la mayor activación, lo cual es consistente con la idea de que cuando los valores sagrados son violados, se induce la indignación moral."
El experimento también encontró activación en la amígdala, una región del cerebro asociada con las reacciones emocionales, pero sólo en los casos en que los participantes se negaron a tomar dinero en efectivo para afirmar lo contrario de lo que creen. "Esas declaraciones representan los temas más repudiables para el individuo", Berns dice, "y se espera que provoquen la mayor activación, lo cual es consistente con la idea de que cuando los valores sagrados son violados, se induce la indignación moral."
El estudio es parte de una edición especial de las Philosophical Transactions de la Royal Society, titulado "La Biología de los conflictos culturales". Berns editó el número especial, que reúne a una docena de artículos sobre la cultura de la neurociencia, incluyendo diferencias en el procesamiento neuronal de las personas en los lados opuestos del conflicto, de los demócratas de EE.UU. y los republicanos a los árabes y los israelíes.
"A medida que cambia la cultura, se afecta a nuestro cerebro, y como nuestro cerebro cambia, se afecta a nuestra cultura. No se pueden separar los dos", dice Berns. "Ahora tenemos los medios para empezar a entender esta relación, y eso es colocando el relativamente nuevo campo de las neurociencias culturales en el escenario mundial".
Los futuros conflictos sobre la política y la religión es probable que se desarrollen biológicamente, dice Berns. En aquellas culturas que opten por cambiar su biología, en ese proceso, cambiarán su cultura, señala. Él cita las batallas sobre los derechos reproductivos de las mujeres y el matrimonio homosexual como ejemplos en curso.
 
Traducido por Rubén Carvajal Santana de:
http://www.sciencedaily.com/releases/2012/01/120122201240.htm 
Journal Reference:
  1. G. S. Berns, E. Bell, C. M. Capra, M. J. Prietula, S. Moore, B. Anderson, J. Ginges, S. Atran. The price of your soul: neural evidence for the non-utilitarian representation of sacred values. Philosophical Transactions of the Royal Society B: Biological Sciences, 2012; 367 (1589): 754 DOI: 10.1098/rstb.2011.0262
 

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